Animales fantásticos y dónde encontrarlos representa el fruto de muchos años de viajes e
investigaciones. Al echar la vista atrás, recuerdo al mago de siete años que pasaba horas en
su dormitorio despedazando horklumps y envidio los viajes que habría de realizar: desde la
jungla más oscura hasta el desierto más deslumbrante, desde el pico de las montañas hasta
las ciénagas. Al crecer, ese chico mugriento recubierto con restos de horklump perseguiría
a las bestias que se describen en las páginas siguientes. He visitado madrigueras, guaridas y
nidos en cientos de regiones, he sido testigo de sus poderes, me he ganado su confianza y,
en ocasiones, he rechazado sus ataques con mi tetera de viaje.
La primera edición de Animales fantásticos... nació de un encargo que me hizo en 1918 el
señor Augustus Worme de Obscurus Books, quien tuvo la gentileza de preguntarme qué me
parecería la idea de escribir un compendio autoritativo de criaturas mágicas para su
editorial.
Entonces yo no era más que un empleado de bajo rango del Ministerio de Magia y acepté
de inmediato una oportunidad que me permitía tanto complementar mi magro salario de dos
sickles por semana como pasar las vacaciones viajando por el mundo para buscar nuevas
especies mágicas. El resto ya es historia de la industria editorial: Animales fantásticos...
lleva cincuenta y dos ediciones.
El objetivo de esta introducción es contestar a algunas de las preguntas más frecuentes que
han ido llegando en sacas de correo todas las semanas desde que este libro se imprimiera
por primera vez en 1927. La primera pregunta que trataremos de responder es la
fundamental: ¿qué es una «bestia»?
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